Iluminación – Liberarse por encima del pensamiento – Eckhart Tolle

ILUMINACIÓN: ELEVARSE POR ENCIMA DEL PENSAMIENTO

 

A medida que uno crece, va formándose una imagen mental de sí mismo basada en su condicionamiento personal y cultural. A este yo fantasma lo llamamos ego. El ego es tu actividad mental y sólo puede funcionar mediante el pensamiento constante. El término ego tiene distinto significado según se trate de una persona u otra, pero cuando lo uso aquí me refiero al falso yo, creado por una identificación inconsciente con la mente.

Para el ego, el momento presente apenas existe. Sólo considera importantes el pasado y el futuro. Esta inversión total de la verdad explica por qué, en la modalidad ego, la mente es tan disfuncional. Siempre está tratando de mantener el pasado vivo, porque ¿quién serías sin él? Y se proyecta constantemente hacia el futuro para asegurarse la supervivencia y buscar en él una sensación de liberación o satisfacción. Dice: «Algún día, cuando haya ocurrido esto, lo otro o lo de más allá, estaré bien, en paz, seré feliz.»

Incluso cuando parece que el ego está en el presente, no ve el presente: lo percibe equivocadamente porque lo mira con los ojos del pasado. O reduce el presente a ser un medio para un fin, un fin que siempre reside en el futuro proyectado por la mente. Observa tu mente y comprobarás que funciona así.

El momento presente contiene la clave de la liberación, pero no puedes encontrar el momento presente mientras seas tu mente.

Alcanzar la iluminación significa elevarse por encima del pensamiento. En el estado de iluminación sigues usando la mente cuando la necesitas, pero de un modo mucho más enfocado y eficaz que antes. La empleas principalmente con fines prácticos, pero eres libre del diálogo interno involuntario, y vives en la quietud interior.

Cuando empleas la mente, y en particular cuando necesitas dar una solución creativa a algo, vas oscilando cada pocos minutos entre la mente y la quietud, entre la mente y la no-mente. La no-mente es conciencia sin pensamiento. Sólo la no-mente permite pensar creativamente, porque da al pensamiento un poder real. El pensamiento por sí solo, desconectado del vasto campo de la conciencia, se convierte rápidamente en algo estéril, insano, destructivo.

Libérate de tu mente – Eckhart Tolle

 LIBÉRATE DE TU MENTE

La buena nueva es que puedes liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación. Y puedes dar el primer paso ahora mismo.

EMPIEZA POR ESCUCHAR LA VOZ QUE HABLA DENTRO DE TU CABEZA, y hazlo tan frecuentemente como puedas. Presta una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos discos de gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante años.

Esto es lo que llamo «observar al pensador», que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente allí como presencia que atestigua.

Cuando escuches la voz, hazlo imparcialmente. Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes, porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás.

Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.

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El ego observador

El ego observador

(el texto no es de mi autoría, no recuerdo quien lo ha escrito pero es muy bueno)

¿Te sientes atascado en tu práctica? ¿Te produjo la meditación al principio grandes cambios de vida positivos, pero ahora años después te sientes como si estuvieses flotando en el agua sin la sensación de avanzar? La meditación mindfulness (de la atención plena) es una práctica extremadamente útil y provechosa, pero eso no significa que sea perfecta, o que no tenga trampas. De hecho, no es raro que los profesionales del mindfulness a largo plazo se queden atascados en un callejón sin salida particularmente pernicioso, que se llama la trampa del observador. Vamos a ver aquí lo que es y cómo librarse de este callejón sin salida.

El último bastión
Muchas tradiciones ―especialmente la meditación mindfulness― te animan a observar tu experiencia sensorial de una manera neutral. Observa tu respiración, observa las emociones, observa los pensamientos, y así sucesivamente, sin reaccionar a ellos. Esta técnica de observación funciona muy bien porque te da algo así como una perspectiva exterior de tu propia experiencia. Puedes observar tu propia mente, tus reacciones, tus emociones, tu comportamiento casi desde la perspectiva de otra persona, y esta es una retroalimentación enormemente útil. Conduce a la ecuanimidad, y al enorme crecimiento personal del que los defensores del mindfulness siempre están hablando.

Sabiendo que esta posición del observador es tan útil, en realidad, muchos maestros/profesores se detienen ahí y no hablan acerca del próximo paso importante en el desarrollo espiritual. Pero hay un problema oculto con la técnica de la observación, que se hace evidente una vez que se piensa en ello. ¿Quién es el observador? ¿Quién es esta persona que está detrás de los binoculares, viendo tu experiencia desde el exterior? Este observador neutral que has creado con el tiempo es en realidad otra ―aunque sea más pequeña y menos neurótica― versión del ego. Es el sentido de ser una persona que está haciendo el meditar. También se podría llamar un ego meditador o un ego observador. La creación de este observador neutral es muy útil, pero el objetivo de la meditación no es crear un nuevo ego meditador, es ver a través de la ilusión del ego por completo.

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El testigo silencioso

El testigo silencioso

Nisargadatta Maharaj recomienda como ejercicio espiritual excelente el sentarse en silencio y observar lo que aflora a la superficie de la mente. Lo que llamamos “pensamientos” son como ondas en la superficie del agua. Los pensamientos conducen siempre a la identificación o a la condena; son fruto de ideas preconcebidas y representan un obstáculo en el camino que conduce a la verdadera comprensión. Del mismo modo que el agua está serena cuando no tiene ondas, también está serena la mente cuando está libre de pensamientos, cuando está pasiva y receptiva por completo.

Como dice Maharaj, aparecerán todo tipo de imágenes en el espejo de tu mente, se quedarán allí un rato y desaparecerán después. Observa tranquilamente cómo van y vienen. Debes estar alerta, pero sin sentir atracción ni repulsión. Es importante no involucrarse. Esta actitud de testigo silencioso tendrá el efecto gradual de expulsar todos los pensamientos inútiles, como a huéspedes indeseados a los que no se hace caso.

Estando así dentro de ti mismo, es decir, en el estado de “Yo soy”, contemplando el flujo de la mente sin intervenir ni juzgar, como testigo imparcial, lo desconocido “profundo” se animará a salir a la superficie de la consciencia y liberará sus energías no usadas para permitirte comprender el misterio del origen de la vida.

Ramesh Balsekar

Observar los pensamientos

Solo hay una forma de escapar del círculo del apego y de poder vernos claramente: debemos salir de la pequeña mente y observarla. Aquello que observa no piensa, porque el observador puede observar el pensamiento. Debemos observar la mente y ver que es lo que hace. Debemos ver la forma como ella produce su cúmulo de pensamientos egocéntricos, creando tensión en el cuerpo. El proceso de salir y dar un paso hacia atrás para observar no es complicado, pero para quienes no están acostumbrados a él puede parecer nuevo y extraño e, incluso, atemorizante con la persistencia, sin embargo, se hace cada vez más fácil.

El observador no critica; juzgar no está entre las cosas que hace el observador. Este solamente mira y refleja, como un espejo. Si ante el pasa basura, es basura lo que refleja; si ante el pasan rosas, refleja rosas. El espejo sigue siendo espejo, un espejo vacío. El observador ni siquiera acepta sólo observa.

LA VIDA TAL Y COMO ES. Enseñanzas sobre el Zen. Autor: Charlotte Joko Beck, Steve Smith. Editorial: Grupo Editorial Norma. Bogotá, Colombia (Mayo 2006), p. 43.

La luna brilla por reflejo

La luna brilla por el reflejo de la luz del sol. Cuando el sol se ha puesto, la luna es útil para mostrar los objetos. Cuando el sol ha salido, nadie necesita a la luna, aunque su disco es visible en el cielo. Así es con la mente y el Corazón. La mente se hace útil por su luz reflejada. Se usa para ver los objetos. Cuando se vuelve hacia dentro, se sumerge en la Fuente de iluminación que brilla por Ella misma, y la mente es entonces como la luna durante el día.

Ramana Maharshi

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Ejercicio para investigar la consciencia

Con el fin de investigar la Conciencia, hágase la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que es consciente de la Conciencia? Luengo mire y vea a lo que la pregunta señala. Si ve algún tipo de forma, objeto o lugar, incluso el más sutil, pregunte, ¿Qué es lo que es consciente de esto (forma, objeto o lugar)? y luego vuelva a centrar su atención. Por ejemplo, podría visualizar la Conciencia localizada en la cabeza. Si es así, pregúntese: ¿Qué es lo que es consciente de que la Conciencia se encuentra en la cabeza?, y mire y vea de nuevo. Puesto que cualquier forma, objeto o lugar no es la Conciencia porque la Conciencia es lo que es consciente de ello, no será capaz de describir la Conciencia. Sin embargo, al hacer este ejercicio, podrá reconocer que la Conciencia es lo que usted realmente es.

Fuente: http://www.advaitainfo.com/curso/capitulo23.html

La auto-indagación

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No hay medio más eficaz para aquietar la mente que la Auto-indagación. La mente puede acallarse por otros medíos, pero volverá a surgir. La Auto-indagación es un método directo. Pueden practicarse otros métodos y al mismo tiempo retener el ego, por lo que surgen muchas dudas y se deja el último obstáculo aún sin tratar. En la Auto-indagación sólo se aborda desde el principio mismo la pregunta última.

La Auto-indagación es el camino directo a la Auto-realización. Retira la ofuscación que oculta al Yo que nunca ha sido realizado. Tal ofuscación es una creación de la mente, y en la mayoría de los demás métodos la base sigue siendo la mente. Pedir a la mente que destruya la mente es convertir al ladrón en policía, o poner al pirómano a cargo del camión de los bomberos. El único modo de hacer que la mente cese en sus actividades externas es hacer que se vuelva hacia dentro.

Por la constante y continua indagación en la naturaleza de la mente, ésta se transforma en eso a lo que el «yo» debe su existencia. La mente debe depender necesariamente de algo «denso» para existir. Lo que la «mente» (ego) es como «yo», es una identificación con el cuerpo como entidad separada. Sólo después de surgir el «yo», surgen el «tú», el «él» y todos los pronombres personales. Por esta razón la fuente del «yo» debe ser buscada mediante la Auto-indagación.

La mente volcada hacia fuera produce pensamientos y objetivación. Cuando gira hacia dentro, destruye todos los demás pensamientos. Entonces el concepto «yo» se destruye finalmente a sí mismo «como el palo usado para agitar la pira funeraria acaba siendo consumido».

La idea de la existencia del universo sólo puede surgir cuando el espíritu de la Auto-indagación está ausente. Habiendo estado presente este «Yo» antes de que el universo pudiera aparecer, ninguna noción sobre el universo y ninguna cosa o persona en él contenida podría preocupar a este «Yo» que yo soy (y que cada uno de nosotros es en verdad). Haga lo que haga en la vida, no puedo sentirme alterado por ninguna circunstancia, porque yo estoy más allá de toda dualidad y no-dualidad, como en el sueño profundo. Es como si yo estuviera en sueño profundo, aunque participo activamente en la vida.

 

Esto es lo que se consigue con la Auto-indagación. No se trata simplemente de repetir «¿Quién soy yo?» como un mantra, en cuyo caso no tendría mucho valor. El objetivo de la Auto-indagación es enfocar la mente en su fuente, excluyendo todos los pensamientos y conceptos. No es cuestión en absoluto de que el «yo» busque al «Yo», o de que el «Yo» busque al «yo». En el primer caso, al ladrón se le ofrece el papel de policía que trata de encontrar al ladrón, y, en el otro, al «Yo» no le preocupa el «yo» en lo más mínimo. No se trata de buscar la fuente de los pensamientos basados en el «yo» y después deambular en la fuente de esos pensamientos particulares, en los reinos de la memoria y la percepción. Toda esta actividad mental pertenece al concepto «yo», la mente que en sí misma es el ladrón que intenta localizar al ladrón. Lo que ha de ser indagado es la fuente del «yo» (mente), y no la memoria o la percepción, que son los atributos de la mente. Siendo la percepción, la memoria, o cualquier otra experiencia sólo una modificación de la mente, conciernen al mismo «yo» cuya fuente debe ser localizada mediante la Auto-indagación.

Auto-indagación significa indagar en:

  1. la naturaleza del Yo,
  2. la naturaleza del mundo,
  3. la naturaleza de la Verdad.

Indaga así en la naturaleza de la Verdad.

La indagación en la naturaleza del Yo disipa esta identidad equivocada, y el mismo desapasionamiento que da comienzo a esta indagación es suficiente para producir la aniquilación de esa entidad ilusoria, sin naturaleza propia e independiente. La instrucción del gurú tiene que ser contemplada con seriedad.

El método prescrito es la Auto-indagación, basada en enfocar la atención en el sentimiento interno del «Yo» (no del «yo»), el sentido de presencia impersonal. En las primeras etapas, la práctica de la Auto-indagación es necesariamente una actividad intelectual, pero pronto la percepción intelectual del «Yo» da lugar a una experiencia subjetiva que está totalmente desidentificada de los objetos y de los pensamientos relativos. Se alcanza el estadio final de la Auto-indagación cuando prevalece una conciencia sin esfuerzo del Yo soy, aunque no incesantemente. La Auto-realización se produce cuando esta conciencia sin esfuerzo es incesante, pero el punto importante es que este estado no puede ser «alcanzado» por la simple razón de que el «yo» que se supone que tiene que hacer ese esfuerzo va hacia su propia aniquilación.

La práctica de la Auto-indagación, o conciencia, o testificación, es una técnica suave y negativa ―si es que se la puede llamar así en absoluto― para liberarse del condicionamiento positivo que se ha acumulado a lo largo de mucho tiempo, y es totalmente diferente de los métodos opresivos o represivos habituales que intentan controlar la mente. Curiosamente cercano a la Auto-indagación es el método de rendirse a Dios como medio de alcanzar la Auto-realización o, más precisamente, la liberación de las ataduras. La vía de la rendición suele estar asociada con la bhakti (práctica devocional), que es de naturaleza esencialmente dualista. El punto que a veces se pasa por alto o ignora en tales prácticas devocionales es que el concepto «yo» (la entidad individual ilusoria) se fortalece cada vez más. Cuando detrás de las prácticas devocionales existe el motivo, propósito o deseo de sentirse satisfecho, la separación entre el individuo y su «Dios» se hace cada vez más grande. Incluso el deseo de liberación o iluminación hará que la rendición sea incompleta o parcial, porque el supuesto individuo hace un esfuerzo por conseguir u obtener algo a cambio. Entonces sólo es una transacción comercial; hay deseo detrás de los esfuerzos.

La única verdadera rendición se produce cuando no hay «nadie» que plantee las preguntas ni que espere nada. Esto significa rendir toda la responsabilidad de la propia vida, de todos los pensamientos y acciones de uno, a un poder superior, Dios o el Yo. Obviamente, tal auto-rendición presupone que uno no puede tener ninguna voluntad ni deseo propios, lo que en realidad implica la aceptación del hecho de que no hay entidad individual con capacidad de actuar independientemente de Dios. Esto equivale a una conciencia constante de que sólo el Yo prevalece, y de que el supuesto individuo es verdaderamente irrelevante en la totalidad del funcionamiento. En otras palabras, en realidad no hay diferencia significativa entre Auto-indagación y rendición, porque, en ambas, el «yo» es finalmente aislado y aniquilado

The Final Truth, p. 177-209 Ramesh Balsekar